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Clamidiasis: Infección por Chlamydia trachomatis

La imagen representa el modelo de la bacteria clamidia a nivel microscópico dentro del organismo, es decir, cuando ya ha afectado la salud de una persona. La imagen esta en color rosa y morado.

La clamidiasis es una infección de transmisión sexual provocada por una bacteria llamada Chlamydia trachomatis o popularmente escrita como “clamidia”. La Chlamydia trachomatis, es una bacteria intracelular que se divide en tres cepas, cada uno con diferentes serotipos definidos por los dominios variables de la proteína de superficie, la proteína principal de la membrana externa (MOMP). 

Dentro de los diferentes tipos de Chlamydia trachomatis, existen variantes conocidas como serotipos. Estas variantes se dividen en grupos según los síntomas y las áreas del cuerpo que afectan. 

  • Serotipo AC: pertenecen al grupo llamado cepa del tracoma (una forma del patógeno que afecta principalmente los ojos), son una causa importante de ceguera y problemas de visión, impactando a millones de personas alrededor del mundo.
  • Serotipo DK: afectan principalmente el tracto genital. Son la principal razón detrás de dos tipos de inflamaciones no causadas por gonorrea en hombres: la uretritis (inflamación de la uretra) y la epididimitis (inflamación del epidídimo). En mujeres, puede causar enfermedad inflamatoria pélvica, una complicación seria que puede resultar en infertilidad, embarazos fuera del útero (embarazo ectópico) y dolor crónico en la región pélvica. Además, la presencia de infección en el tracto genital está vinculada con un aumento notable en el riesgo de contraer y transmitir el VIH en mujeres. 
  • Serotipo de linfogranuloma venéreo: existen serotipos L1-3, causa infecciones urogenitales y anorrectales invasivas. Se han vinculado particularmente con hombres infectados por el VIH que mantienen relaciones sexuales con hombres. 

La transmisión de la clamidiasis ocurre principalmente a través de contacto sexual sin protección con una persona infectada. 

Epidemiología en México

En México, la clamidiasis presenta desafíos significativos debido a la naturaleza asintomática de muchas de sus infecciones. Esta condición es uno de los principales agentes etiológicos de las infecciones de transmisión sexual (ITS). La prevalencia de Chlamydia trachomatis varía considerablemente, reportándose entre el 4% y el 18% en estudios realizados en hospitales especializados en ginecología y obstetricia. Sin embargo, los datos en la población abierta general son menos claros. 

A nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que existen 127 millones de nuevos casos en adultos y adolescentes de entre 15 a 49 años. Los estudios muestran una mayor prevalencia de detección de anticuerpos contra Chlamydia trachomatis en mujeres en un 11.4% comparado con los hombres en un 7.2%. Esta prevalencia aumenta significativamente en grupos específicos, como en mujeres infértiles hasta un 70% y mujeres embarazadas del 37%. Este patrón sugiere que la clamidiasis es más frecuente en mujeres, particularmente en aquellas con problemas de fertilidad. 

La prevalencia de la clamidiasis por la cepa genitourinaria en el mundo es del 4 al 8%, según detecciones por técnicas de amplificación de ácidos nucleicos (TAAN). 

Factores de riesgo

Existen factores de riesgo asociados a esta infección, entre los que se encuentran:

  • Edad: de 25 años a 30 años.
  • Género: ser mujer.
  • Relaciones sexuales inseguras: 
    • Mal uso del preservativo u otros mecanismos barrera.
    • Mantener contacto sexual con una persona infectada.
    • Mantener relaciones sexuales con diferentes parejas o tener parejas casuales.
  • Relaciones: genital, anogenitales, orogenitales o mixtas.
  • Consumo de drogas y/o alcohol: especialmente porque podría conducir a sostener relaciones sexuales inseguras.
  •  Antecedentes de ITS

¿Cómo se detecta?

El diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente en conjunto con los signos y síntomas. Existen pruebas de laboratorio que permiten confirmar el diagnóstico, entre las cuales se encuentran: 

Clamidiasis: Infección por Chlamydia trachomatis

Pruebas de laboratorio ¿En quién se realiza?
Antígeno de Chlamydia trachomatis (uretral/semen): esta prueba busca la presencia del antígeno que provoca la clamidiasis. El antígeno es una parte del patógeno que el sistema inmune reconoce. Se recolecta una muestra de secreción uretral o de semen para realizar la prueba. Esta prueba es directa y específica para detectar la bacteria y es distinta de las pruebas serológicas, que buscan anticuerpos en la sangre.  Hombres
Antígeno de Chlamydia trachomatis (orina): este análisis permite detectar la presencia de la bacteria en el tracto urinario. Se obtiene a través de una muestra de orina para la detección del antígeno. Es menos específica.  Hombres
Detección de Chlamydia trachomatis y N. Gonorrhoeae por QPCR: esta prueba médica utiliza la técnica de PCR cuantitativa (QPCR) para detectar el material genético de la Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae, causante de la gonorrea. Se puede utilizar una variedad de muestras biológicas como orina o secreciones para extraer el ADN y amplificarlo, permitiendo una detección específica y sensible. Es una técnica genética que también permite cuantificar la cantidad de patógeno presente y puede detectar múltiples patógenos simultáneamente.  Hombres y mujeres

 

Existe otro tipo de pruebas que permiten la detección de Chlamydia trachomatis a través de la detección de anticuerpos específicos, aunque pueden ser limitadas por diferentes motivos como la respuesta de anticuerpos contra los tipos de Chlamydia trachomatis, ya que pueden estar ausentes o estar en un periodo retardado de incubación. 

Estas pruebas se realizan mediante una muestra de sangre. Es importante reconocer que no logran diferenciar entre diferentes especies de la bacteria. También, impiden detectar si la infección está activa o es pasada. A pesar de esto, la ventaja de este tipo de análisis es que detecta infecciones pasadas por Chlamydia trachomatiscon un margen de error bajo.

Estas pruebas serológicas incluyen:

  • AC IGA Chlamydia trachomatis: detecta anticuerpos IgA específicos contra Chlamydia trachomatis, indicativos de una infección reciente o actual.
  • AC IGG Chlamydia trachomatis: identifica anticuerpos IgG, que pueden indicar una exposición pasada o una infección crónica.
  • AC IGM Chlamydia trachomatis: permite la detección de anticuerpos IgM, generalmente los primeros anticuerpos producidos en respuesta a una infección, indicativos de una infección muy reciente.

Prevención

Existen recomendaciones enfocadas en el cuidado de tu salud sexual. Recuerda que tu mejor aliada es la prevención. 

  • Uso correcto y constante de preservativos: uso del condón y de otros métodos de barrera en todas las relaciones sexuales (orales, vaginales o anales). 
  • Pruebas regulares de detección: si eres sexualmente activo, es importante llevar a cabo pruebas de detección para identificar la presencia de la ITS.
  • Educación sexual: los jóvenes suelen ser los más afectados por esta infección, por eso es importante que si tienes dudas sobre tu sexualidad, sobre cómo protegerte, acudas a un centro de salud donde brindarte la información necesaria para cuidar tu bienestar. 
  • Reducción del número de parejas sexuales: significa un menor riesgo de exposición a infecciones. 
  • Evitar parejas de alto riesgo: es importante conocer la actividad sexual de tu pareja potencial. Evitar relaciones sexuales con personas que tienen múltiples parejas o que no practican sexo seguro. 
  • Práctica de la monogamia o abstinencia mutua: relaciones exclusivas en donde solo hay relaciones sexuales con la misma persona pueden evitar la exposición a la clamidiasis.
  • Detección y tratamiento oportuno: una vez con un diagnóstico positivo es importante avisar a la pareja actual y a las parejas sexuales recientes para que también puedan hacerse la prueba y recibir tratamiento si es necesario. 

Estas recomendaciones pueden ser un punto de partida para educar a los ciudadanos sobre las infecciones de transmisión sexual, promoviendo cambios positivos en sus comportamientos sexuales y en su enfoque hacia la salud reproductiva. 


La prevención de la clamidiasis, así como de otras infecciones de transmisión sexual, es una parte fundamental del cuidado de la salud sexual. Adoptar prácticas sexuales más seguras no solo nos proteges, sino también a nuestras parejas. Es crucial entender que la responsabilidad de prevenir las ITS es compartida y requiere de un compromiso activo hacia la educación, la comunicación y el respeto mutuo.


Incentivamos a todos nuestros lectores a tomar decisiones informadas y conscientes sobre su salud sexual. Al reducir el número de parejas, utilizar condones de manera consistente y someterse a pruebas y tratamientos oportunos, podemos disminuir significativamente el riesgo de infecciones. Asimismo, es esencial crear un diálogo abierto sobre la salud sexual que rompa los estigmas y fomente un entorno de apoyo para todos.

 

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

 Ced. Prof. 13591084

 Escuela Superior de Medicina, I.P.N. 

Revisado/Modificado: mayo 2024

Referencias bibliográficas

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