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¿Qué es la indigestión estomacal?

Persona con expresión de malestar tocando su abdomen, representando síntomas de digestión pesada o indigestión.

La indigestión estomacal, también llamada dispepsia es una de las molestias digestivas más frecuentes. Se utiliza este término para describir la sensación de incomodidad o malestar en la parte superior del abdomen que aparece cuando el estómago no procesa los alimentos de manera adecuada

Aunque suele relacionarse con comer en exceso o demasiado rápido, en realidad puede deberse a causas más complejas, como cambios en el funcionamiento del sistema digestivo o alteraciones en la microbiota intestinal, que es el conjunto de bacterias que ayudan al intestino delgado e intestino grueso a digerir y absorber los nutrientes.

Las enfermedades gastrointestinales representan uno de los problemas de salud más frecuentes a nivel mundial. De acuerdo con un estudio sobre la carga global de enfermedades digestivas realizado en 2019, se encontró que el 95 % de las personas presentó al menos un trastorno digestivo durante ese año, y en muchos casos, una misma persona pudo experimentarlo en varias ocasiones. Esta cifra pone en evidencia que no se trata de molestias aisladas, sino de condiciones que afectan a la mayoría de la población y que tienen un impacto considerable en su bienestar.

Es importante comprender que la indigestión no es solo una molestia pasajera, es una señal de que el sistema digestivo puede estar trabajando con dificultad. Reconocer su frecuencia y sus posibles causas ayuda a darle la atención adecuada y a valorar la salud digestiva como parte esencial del bienestar general.

¿Qué función tiene el sistema digestivo?

El sistema digestivo es el conjunto de órganos responsables de transformar los alimentos en nutrientes y energía, esenciales para que el organismo realice todas sus funciones vitales.

Su trayecto comienza en la boca, donde los alimentos se mastican y se mezclan con la saliva, la cual contiene sustancias que inician el proceso de descomposición. Luego, todo viaja por el esófago hasta llegar al estómago, allí los jugos gástricos se encargan de desintegrar los alimentos en partículas cada vez más pequeñas.

Después entra en acción el intestino delgado, un órgano largo y flexible que actúa como una línea de selección muy precisa. En sus paredes, miles de pequeñas estructuras absorben los nutrientes (proteínas, vitaminas y minerales) y los envían al torrente sanguíneo, desde donde viajan a todo el cuerpo.

Lo que no sirve para nutrir se dirige al intestino grueso, que concentra los residuos y regula el equilibrio del agua, antes de que los desechos sean eliminados. En este punto también conviene destacar un aspecto fundamental: la microbiota intestinal. Se trata de un conjunto de bacterias que habitan a lo largo de todo el tracto digestivo y que cumplen funciones esenciales. Estos microorganismos ayudan a procesar compuestos que el cuerpo por sí solo no podría digerir, transformándolos en nutrientes útiles. Además, participan en la producción de vitaminas, fortalecen las defensas del organismo y mantienen el equilibrio del sistema digestivo.

Este proceso, aunque parece sencillo, es un gran trabajo en equipo, requiere movimientos mecánicos como la contracción de los músculos del estómago e intestinos y la acción de sustancias químicas, como enzimas y ácidos. Cuando alguna parte de esta cadena se interrumpe, los alimentos no se transforman de manera eficiente y pueden aparecer molestias digestivas, como la indigestión.

En pocas palabras, el sistema digestivo es como un motor que convierte cada bocado en la energía y nutrientes que el organismo necesita para mantenerse en marcha día a día.

¿Por qué puede alterarse la digestión?

La digestión es un proceso en el que cada órgano del aparato digestivo tiene una tarea específica. Sin embargo, este equilibrio puede alterarse por distintos motivos. En muchos casos, los hábitos diarios son un factor clave: comer demasiado rápido, masticar pocas veces los alimentos, ingerir porciones muy grandes o elegir comidas con exceso de grasas dificulta el trabajo del estómago e intestinos. También influyen las sustancias irritantes, como el consumo frecuente de alcohol, café, tabaco o ciertos medicamentos, que pueden afectar la mucosa gástrica y alterar su funcionamiento.

Sin embargo, no siempre se trata solo de hábitos o sustancias. En ocasiones, el origen está en condiciones médicas que cambian la manera en que los órganos digestivos trabajan. Cuando esto ocurre, se habla de dispepsia secundaria, porque la molestia digestiva aparece como consecuencia de otro problema de salud, como la úlcera o el reflujo gastroesofágico. Y por otro lado está la dispepsia funcional, en este caso la persona siente malestar, pero los estudios médicos no logran identificar una causa concreta.

Un ejemplo frecuente dentro de estas condiciones médicas es la gastritis, que consiste en la inflamación de la mucosa que recubre al estómago. Esta ocurre cuando los ácidos gástricos tienen un contacto inadecuado con la mucosa estomacal, lo que genera irritación. En algunos casos, esta condición se relaciona con la presencia de una bacteria llamada Helicobacter pylori. Aunque es importante señalar que la gastritis solo puede confirmarse de manera definitiva cuando se realiza una biopsia del estómago, ya que este estudio permite observar directamente la inflamación en el tejido. Cuando no se cuenta con esta prueba es dispepsia. 

Por otro lado, también existe el síndrome de intestino irritable (SII), un trastorno en el que el intestino no funciona de manera regular. En esta condición, la comunicación entre el intestino y el cerebro no ocurre de forma adecuada, lo que provoca que el intestino se vuelva más sensible de lo habitual. Esto puede alterar la manera en que los músculos intestinales se contraen, generando episodios de malestar abdominal y cambios en la frecuencia o consistencia de las evacuaciones.

Aunque el SII no representa un riesgo para la vida, puede tener un impacto importante en la calidad de vida. Las molestias suelen interferir con las rutinas diarias y con la sensación general de bienestar, lo que hace que quienes lo padecen necesiten prestar especial atención a su salud digestiva.

¿Cómo se puede evaluar el sistema digestivo?

La valoración del aparato digestivo es realizada por médicos especialistas que utilizan diversos estudios de laboratorio y de gabinete para obtener información sobre el funcionamiento del sistema:

Estos estudios forman parte del abordaje inicial y complementario que ayuda a orientar el diagnóstico, siempre en el marco de una valoración médica integral.

¿Qué hábitos pueden ayudar al sistema digestivo a trabajar mejor?

Aunque la indigestión puede tener múltiples causas, diversos estudios señalan que existen medidas generales que favorecen la función digestiva. El Instituto Mexicano del Seguro Social resalta la importancia de mantener una alimentación equilibrada, incluir variedad de alimentos y moderar el consumo de irritantes.

Asimismo, es importante resaltar la relevancia de los chequeos de salud periódicos para la detección temprana de alteraciones digestivas. Estos controles no se enfocan únicamente en la presencia de síntomas, sino también en el seguimiento preventivo de factores de riesgo.

Incorporar hábitos como masticar bien los alimentos, mantener una hidratación adecuada y procurar horarios regulares de comida puede  favorecer que el sistema digestivo trabaje en mejores condiciones. Pequeños detalles hacen una gran diferencia: cuidar que cada bocado se mastique entre 20 y 30 veces, preferir que los alimentos estén a una temperatura templada (ni demasiado calientes ni excesivamente fríos), y optar por porciones pequeñas que se ingieren con calma. Además, una adecuada ingesta de agua favorece la producción de saliva, lo que ayuda a que la digestión comience de manera más eficiente desde la boca.

La indigestión estomacal es una condición frecuente que refleja cómo el sistema digestivo puede alterarse por factores relacionados con los hábitos cotidianos o con condiciones médicas específicas. Conocer el papel de los órganos digestivos, los factores que influyen en su funcionamiento y los estudios que permiten evaluarlos constituye un paso esencial hacia la comprensión de esta parte fundamental del organismo.

La salud digestiva está vinculada con el bienestar general, lo que resalta la importancia de atender su cuidado desde una perspectiva preventiva y con el acompañamiento adecuado de especialistas.

 

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

          Ced. Prof. 13591084

          Escuela Superior de Medicina, I.P.N.

Revisado/Modificado: septiembre 2025 

Referencias bibliográficas  

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  5. Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). (2015). Enfermedades gastrointestinales. https://www.imss.gob.mx/salud-en-linea/enfermedades-gastrointestinales

  6. Moleski, S. M. (2024, marzo). Evaluación del paciente con trastornos digestivos. Manuales MSD. https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-gastrointestinales/abordaje-del-paciente-con-trastornos-digestivos/evaluación-del-paciente-con-trastornos-digestivos

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