¿Qué es la hiperplasia prostática benigna?
- 31 may 2024
La próstata es una glándula exclusiva del organismo masculino, que se ubica debajo de la vejiga rodeando la uretra. Esta glándula junto con las vesículas seminales es responsable de producir el líquido seminal. En los hombres jóvenes, la próstata tiene un tamaño similar al de una nuez, pero tiende a crecer con la edad.
Con el envejecimiento, la próstata comienza a crecer (hipertrofia) de una forma “natural”, lo que se conoce como hiperplasia prostática benigna (HPB). A pesar de su naturaleza no cancerosa (benigna), puede generar síntomas y signos de obstrucción urinaria, ya que comprime la uretra. Esta obstrucción urinaria impide que la vejiga se vacíe completamente durante la micción (necesidad de orinar), causando que la orina se acumule.
Fisiopatología
Cuando los hombres comienzan a envejecer la próstata sufre cambios histológicos, dentro de estos se encuentra el desarrollo de múltiples nódulos fibroadenomatosos (pequeños bultos) en la zona periuretral (región que rodea la uretra). A medida que estos nódulos crecen, desplazan la próstata hacia afuera y comprimen la uretra prostática. Este estrechamiento y alargamiento de la uretra prostática obstruyen el flujo de orina, dificultando la micción.
La dificultad para vaciar la vejiga aumenta la presión dentro de la vejiga, lo que puede causar que el músculo detrusor de la vejiga se hipertrofie (engrose). Con el tiempo, esta presión adicional puede llevar a la formación de trabéculas (engrosamiento) en las paredes de la vejiga, celdas y divertículos (sacos).
El vaciamiento incompleto de la vejiga debido a la obstrucción causa estasis urinaria (es cuando la orina se queda bloqueada en el tracto urinario) , lo que predispone a la formación de cálculos (piedras) y a infecciones urinarias. Si la obstrucción urinaria persiste durante mucho tiempo, aunque no sea completa, puede causar hidronefrosis (inflamación de los riñones debido a la acumulación de orina) y eventualmente comprometer la función renal.
Epidemiología
La hiperplasia prostática benigna es una condición que afecta predominantemente a los hombres mayores de 45 años en México. Los síntomas suelen manifestarse entre los 60 y 65 años. La prevalencia de esta condición es notablemente alta, ya que afecta al 50% de los hombres a los 60 años y aumenta al 90% o más en aquellos que tienen 85 años o más. Esto indica que la HPB es una preocupación de salud común y creciente a medida que la población masculina envejece en el país.
Causas
Algunas causas de esta afección pueden deberse a los siguientes factores:
- Envejecimiento
- Cambios hormonales. Las hormonas que pueden sufrir más cambios son la testosterona y especialmente la dihidrotestosterona (DHT).
- Uso de algunos fármacos. El uso de antihistamínicos y descongestionantes nasales, pueden aumentar la resistencia del flujo urinario o reducir la capacidad de contracción de la vejiga, provocando retención temporal de orina en la vejiga en hombres con HPB.
Diagnóstico
La detección de la hiperplasia prostática benigna implica una serie de evaluaciones y pruebas para identificar diagnósticos diferenciales y definir el perfil clínico de los pacientes. Primeramente, el especialista realizará un examen físico y recabará información importante del paciente para evaluar los síntomas y su estado general.
A continuación, conocerás pruebas principales y los métodos más utilizados:
Prueba del Antígeno Prostático Específico (PSA)
Se recomienda realizar la prueba de PSA en hombres mayores de 40 años. Esta prueba permite medir los niveles de PSA en la sangre. Niveles elevados pueden indicar HPB, infecciones prostáticas o cáncer de próstata.
Existen dos tipos de pruebas:
Si quieres saber más sobre esta prueba y el valor que aporta a tu diagnóstico puedes consultar nuestro blog: Diferencia entre antígeno prostático total y libre
Ultrasonido Transrectal: aunque no se recomienda de forma rutinaria, el ultrasonido transrectal puede ser utilizado para medir el volumen prostático y evaluar la estructura interna de la próstata. Esta prueba es opcional y se utiliza en casos donde se requiere una evaluación más detallada.
Algunas pruebas complementarias que podría solicitar tu médico son:
- Ecografía de vías urinarias: utilizada para medir el volumen prostático, evaluar complicaciones en el tracto urinario superior y medir el residuo postmiccional (RPM).
- Uroflujometría: esta prueba mide la velocidad y el flujo de la orina para evaluar la respuesta al tratamiento y correlacionar los síntomas con hallazgos objetivos.
- Cistoscopia: indicada en pacientes con hematuria (sangre en la orina), estrechez uretral o sospecha de cáncer de vejiga. Permite una visualización directa del interior de la vejiga y la uretra.
- Estudios de flujo-presión: recomendados para pacientes con síntomas confusos, enfermedades neurológicas, antecedentes de cirugía pélvica radical, radioterapia pélvica, diabetes no controlada.
Estas pruebas permiten a los médicos obtener una visión completa de la condición del paciente y proporcionar la atención adecuada para manejar la hiperplasia prostática benigna.
Complicaciones
Es importante que la HPB sea detectada a tiempo porque puede provocar complicaciones a largo plazo, entre estas se encuentran:
- Incapacidad para orinar (retención urinaria)
- Infecciones de las vías urinarias (IVU)
- Cálculos en la vejiga
- Daño en la vejiga: una vejiga que no se vacía por completo puede estirarse y debilitarse, dificultando la contracción adecuada de la pared muscular para expulsar la orina.
- Daño renal, la presión en la vejiga debido a la retención urinaria puede dañar los riñones o permitir que las infecciones se propaguen a estos órganos.
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es una condición común que afecta a muchos hombres a medida que envejecen, especialmente después de los 50 años. Aunque no es una enfermedad maligna, puede causar síntomas molestos y complicaciones graves si no se trata adecuadamente. La evaluación y el diagnóstico temprano son cruciales para manejar la HPB de manera efectiva y prevenir problemas como infecciones urinarias, cálculos vesicales y daño renal. Con un seguimiento médico adecuado y las opciones de tratamiento disponibles, es posible controlar los síntomas y mejorar significativamente la calidad de vida. Es importante que los hombres estén atentos a los síntomas y busquen atención médica a tiempo para abordar esta condición.
El tratamiento adecuado para la hiperplasia prostática benigna puede reducir el riesgo de estas complicaciones. Sin embargo, la retención urinaria y el daño renal pueden representar serias amenazas para la salud. Cabe destacar que tener agrandamiento de próstata no aumenta el riesgo de cáncer de próstata.
Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez
Ced. Prof. 13591084
Escuela Superior de Medicina, I.P.N.
Revisado/Modificado: mayo 2024
Referencias bibliográficas
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