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Quemadores de grasa: lo que dice la ciencia sobre su efectividad

Envases de suplementos deportivos junto a mancuernas y shaker, imagen representativa de productos asociados a quemadores de grasa.

A nivel mundial, muchas personas enfrentan la lucha contra la obesidad. En paralelo, en una sociedad influenciada por elevados estándares de belleza, es común encontrar en internet una gran cantidad de consejos sobre suplementos que prometen una rápida pérdida de peso, muchas veces sin considerar la importancia de la alimentación o la actividad física.

En muchos casos, estos productos contienen sustancias diferentes a las que se indican en el empaque y no siempre son completamente seguros. Aún así, solemos pasar por alto lo inverosímil de sus promesas milagrosas con tal de alcanzar un “peso adecuado” en la báscula o encajar en una talla “ideal” de ropa.

¿Realmente todos los suplementos conocidos como “quemadores de grasa” son efectivos? ¿Qué tan delgada es la línea que cruzamos cuando perseguimos la idea del cuerpo perfecto?

En este blog, exploraremos qué dice realmente la ciencia sobre los llamados “quemadores de grasa”: si existen ingredientes con respaldo científico que contribuyan a la pérdida de peso, y qué tan efectivos pueden ser en comparación con otros factores como la alimentación y el ejercicio. También desmitificaremos algunas creencias comunes en torno a estos productos y analizaremos hasta qué punto su uso es seguro y justificado.

¿Qué es un quemador de grasa?

El término “quemador de grasa” se utiliza para describir ciertos suplementos nutricionales que, según sus fabricantes, ayudan a aumentar el metabolismo de las grasas, elevar el gasto energético (es decir, la cantidad de energía que el cuerpo utiliza para sus funciones vitales), dificultar la absorción de grasas provenientes de la dieta, favorecer la pérdida de peso o potenciar la quema de grasa durante el ejercicio, entre otros supuestos beneficios.

Estos suplementos suelen contener una combinación de ingredientes con distintos mecanismos de acción. Se cree que la mezcla de varias sustancias podría generar un efecto sinérgico que potencie sus resultados.

Tipos de quemadores de grasa

En general, los quemadores de grasa pueden clasificarse en tres grupos, según su función principal:

Estimulantes del metabolismo (termogénicos)

Estos suplementos están diseñados para aumentar la tasa metabólica en reposo, es decir, la cantidad de calorías que el cuerpo quema incluso sin actividad física. Este aumento del metabolismo genera más calor en el organismo (termogénesis), lo que se traduce en un mayor gasto calórico y, en teoría, una reducción de la grasa corporal y del peso.

Algunos de estos compuestos también pueden elevar la presión arterial, aunque no suelen modificar la frecuencia cardiaca. Es importante tener en cuenta que sus efectos pueden variar de una persona a otra y que no están exentos de riesgos, especialmente si se consumen sin supervisión médica.

Supresores del apetito 

Estos medicamentos ayudan a disminuir la sensación de hambre actuando directamente en el sistema nervioso central. Lo hacen de dos formas principales: una es estimulando ciertas sustancias en el cerebro, como las catecolaminas y la serotonina, lo que reduce el apetito (como ocurre con la anfetamina). La otra forma es mediante compuestos que aumentan la acción de la serotonina sin tener efectos estimulantes ni alterar el sistema nervioso de forma significativa.

Ambos mecanismos buscan reducir el deseo de comer y, por lo tanto, la cantidad de alimentos que se consumen. Sin embargo, el uso de estos fármacos debe ser siempre indicado y supervisado por un médico, ya que es necesario considerar el estado de salud general, los análisis clínicos y también el bienestar emocional del paciente.

Estimuladores de la oxidación de grasas

Estos suplementos están formulados para favorecer el uso de la grasa corporal como fuente de energía, un proceso conocido como oxidación de grasas. Su objetivo es estimular al organismo para que recurra más fácilmente a las reservas de grasa, especialmente durante la actividad física, en lugar de utilizar principalmente los carbohidratos.

Entre los ingredientes más comunes con este efecto se encuentran la L-carnitina, la cafeína y algunos extractos vegetales como el té verde. Se ha sugerido que estos compuestos pueden mejorar ligeramente la movilización y el uso de ácidos grasos, aunque la evidencia científica disponible es variable y, en muchos casos, limitada.

Si bien pueden apoyar la pérdida de grasa como parte de un programa de ejercicio y alimentación, por sí solos no producen cambios significativos. Además, su efectividad puede depender de factores como la dosis, el tipo de actividad física realizada y el estado metabólico de la persona.

¿Los quemadores de grasa realmente funcionan?

A lo largo de los años, diversos estudios científicos han evaluado tanto los posibles beneficios como los riesgos asociados al uso de quemadores de grasa. Entre los ingredientes más comunes que suelen incluirse en estos productos se encuentran:

  • Cafeína: es uno de los estimulantes más investigados. Actúa sobre el sistema nervioso central, aumentando la liberación de adrenalina, lo que estimula la lipólisis (descomposición de grasa almacenada) y eleva el gasto energético en reposo. También puede mejorar el rendimiento físico, lo que contribuye indirectamente a un mayor gasto calórico. Estudios respaldan un modesto aumento en la oxidación de grasas, pero su efecto es temporal y disminuye con el uso frecuente debido a la tolerancia.

  • L-carnitina: transporta los ácidos grasos hacia las mitocondrias para ser utilizados como energía. La mayoría de los estudios en personas sanas no muestran una pérdida de grasa significativa con su suplementación, aunque podría tener cierto beneficio en personas con deficiencias o adultos mayores.

  • Extracto de té verde: Las catequinas del té verde, en combinación con cafeína, pueden favorecer la termogénesis y la oxidación de grasas, especialmente durante el ejercicio. Algunos estudios muestran una ligera reducción de peso con su uso continuo, aunque los resultados varían según el perfil metabólico del individuo.

  • Ácido linoleico conjugado (CLA): Se ha propuesto que el CLA reduce la acumulación de grasa y favorece la oxidación de lípidos. Algunos estudios muestran una modesta reducción de grasa corporal, pero sus efectos pueden tardar meses en aparecer y los resultados son inconsistentes.

  • Cromo: se ha asociado con el control del apetito y la regulación de la glucosa, aunque su eficacia es limitada.

  • Forskolina: se cree que estimula la liberación de grasa almacenada al activar la enzima adenilato ciclasa, aunque su evidencia es escasa.

Si bien algunos de estos compuestos han mostrado efectos modestos sobre el metabolismo o la oxidación de grasas, la mayoría de los resultados son variables y dependen de factores como la dosis, la duración del consumo, el estilo de vida del usuario y su contexto clínico. Además, en muchos casos los estudios han sido pequeños, de corta duración o patrocinados por la industria, lo que limita la solidez de la evidencia.

Posibles riesgos y efectos secundarios 

El uso prolongado de suplementos conocidos como quemadores de grasa no está exento de riesgos. De hecho, se han reportado casos médicos en los que su consumo se ha relacionado con fallas hepáticas agudas, especialmente cuando se utilizan sin supervisión o en dosis elevadas.

Los efectos adversos varían según el tipo de suplemento y los ingredientes que contiene. Por ejemplo, el ácido linoleico conjugado (CLA) ha mostrado posibles efectos negativos, como:

  • Disminución del colesterol HDL (conocido como colesterol “bueno”)

  • Aumento de la proteína C reactiva, un marcador de inflamación

  • Elevación de compuestos proinflamatorios como las prostaglandinas tipo F2 (PGF2) y las interleucinas 2 y 6 (IL-2 e IL-6)

Por otro lado, sustancias estimulantes como la cafeína, si se consumen en exceso, pueden provocar nerviosismo, insomnio, aumento de la presión arterial o incluso alteraciones del ritmo cardiaco.

Además, algunos productos combinan múltiples ingredientes activos. Un estudio mostró que un suplemento compuesto por L-carnitina, cromo, arginina, guaraná, extracto de té verde, cítricos y extracto de sauce tuvo un efecto negativo sobre el metabolismo de la glucosa y la resistencia a la insulina. Este hallazgo es relevante, ya que varios de los participantes del estudio presentaban ya alteraciones metabólicas, lo que sugiere que la combinación de extractos vegetales podría tener interacciones impredecibles.

Por estas razones, es fundamental tener presente que estos productos pueden generar efectos secundarios significativos, especialmente en personas con enfermedades preexistentes o que toman otros medicamentos. Su consumo debe estar siempre supervisado por un profesional de la salud, y nunca sustituir un enfoque integral basado en alimentación, ejercicio y seguimiento médico.

Entonces… ¿vale la pena tomar quemadores de grasas?

La respuesta inicial sería no. Sin embargo, su consumo depende de múltiples factores: la recomendación y supervisión de un profesional de la salud, la edad, el estado metabólico previo y las condiciones clínicas de cada persona.

Si bien algunos ingredientes presentes en estos suplementos han demostrado efectos modestos sobre el metabolismo y la oxidación de grasas, aún se requiere más investigación para confirmar su eficacia sostenida y segura en la pérdida de peso. Además, los riesgos asociados desde alteraciones cardiovasculares hasta daño hepático o metabólico obligan a evaluar su uso con mucha precaución y siempre considerando los factores de riesgo individuales.

Aunque estas medidas no ofrecen resultados inmediatos, la constancia, la paciencia y el compromiso con el cambio de hábitos a largo plazo son claves para lograr beneficios reales en salud y composición corporal.

Por otro lado, es importante revisar y cuestionar la idea del “cuerpo ideal”. El movimiento body positive ha sido útil para promover la aceptación corporal, pero también es necesario reconocer que una distribución saludable de grasa y masa muscular puede mejorar significativamente el metabolismo y la calidad de vida.

El peso no es solo un número en la báscula, sino el reflejo de muchos factores físicos, emocionales y sociales que influyen en el bienestar general. Priorizar la salud por encima de los estándares estéticos sigue siendo la mejor decisión.

 

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

          Ced. Prof. 13591084

          Escuela Superior de Medicina, I.P.N. 

Elaborado: junio 2025

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