¿Sabías que el cambio climático también afecta nuestra salud?

A medida que el cambio climático se convierte en una realidad indiscutible, sus efectos van mucho más allá de la alteración de los ecosistemas y el clima. El cambio climático está ejerciendo un impacto silencioso pero devastador en la salud humana, desde la proliferación de enfermedades hasta la presencia de hambruna y desnutrición. 

El cambio climático se define como la modificación persistente del clima, ya sea por causas naturales o por la actividad humana. En este escenario, la naturaleza se presenta como una fuente de recursos (materia prima) esenciales para la vida, mientras que la humanidad actúa como un agente de producción y consumo.

Lamentablemente, nuestro impacto ambiental desmedido no solo ha generado alteraciones en el clima, sino también una serie de graves consecuencias adicionales como la disminución del ozono estratosférico (capa protectora contra los rayos UV), degradación de suelos (disminución de su fertilidad) y desertificación, agotamiento y contaminación de agua dulce, pérdida y deterioro de humedales, pérdida de la biodiversidad y daños a ecosistemas y arrecifes. 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 24% de todas las muertes mundiales se relacionan con el medio ambiente, lo que representa 13.7 millones de muertes anuales. 

El cambio climático puede generar diferentes impactos en la salud. Sus efectos se manifiestan de diversas maneras, tanto directa como indirectamente: 

Los efectos directos incluyen lesiones, enfermedades y defunciones, siendo las olas de calor prolongadas uno de los principales ejemplos. Por otro lado, los efectos indirectos se manifiestan a través de sistemas naturales o socioeconómicos. 

En el ámbito natural, se ha observado un aumento en las enfermedades respiratorias, como el agravamiento del asma y de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, aumento de la mortalidad cardiopulmonar debido a la presencia de partículas tóxicas en el aire.  Además, las temperaturas elevadas y los cambios en la precipitación facilitan la proliferación de bacterias y virus, aumentando el riesgo de enfermedades infecciosas, diarreicas y transmitidas por vectores como el dengue, la chikunguya o el paludismo. 

En el ámbito socioeconómico, se evidencia la inseguridad alimentaria y de abastecimiento de agua, lo que incrementa el riesgo de desnutrición en la población más vulnerable. Así mismo, existe una disminución en la capacidad laboral en quienes trabajan al aire libre y un mayor sufrimiento de los adultos mayores, niños y personas que viven en entornos deficientes, lo que conlleva a un aumento en el estrés provocando un empeoramiento o aparición de enfermedades mentales como depresión o angustia reactiva. 

En 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, que busca mejorar la calidad de vida de todas las personas. Dentro de sus objetivos, se incluyen una serie de recomendaciones para proteger nuestra madre tierra y frenar el cambio climático, entre estos se encuentran:

• Ahorrar energía en casa, mediante el uso de bombillas LED, electrodomésticos de bajo consumo y lavado de ropa con agua fría, así como secado al aire. 
• Se recomienda optar por energía solar si es posible.
• Uso del transporte público, caminar o andar en bicicleta, además de disminuir las emisiones de gases mejora la salud. 
• Se sugiere el uso de vehículos eléctricos si es viable.
• Consume menos, reutiliza, repara y recicla para disminuir las emisiones de carbono. 
• Come más verduras, frutas y cereales, ya que su producción genera menos emisiones de gases.

A largo plazo, el cambio climático puede resultar en un mundo inhabitable, marcado por la hambruna, la desnutrición y la escasez de agua, lo que tendrá un impacto negativo en la salud y aumentará la mortalidad en todas las edades. Sin embargo, como consumidores, estamos constantemente bombardeados de publicidad que nos incita a comprar de forma desmedida y a utilizar nuestros recursos naturales de forma incorrecta. Aun así, todavía tenemos la oportunidad de contribuir a frenar el cambio climático. ¡Pequeñas acciones pueden mejorar nuestra calidad de vida!

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

          Ced. Prof. 13591084

          Escuela Superior de Medicina, I.P.N. 

Elaborado: mayo 2024

1.       Connect. (2023). Impacto del cambio climático en la salud humana. Elsevier. https://www.elsevier.com/es-es/connect/impacto-del-cambio-climatico-en-la-salud-humana

2.       Departamento de Comunicación Global de las Naciones Unidas. (2023). Acciones por un planeta saludable. Naciones Unidas. https://www.un.org/es/actnow/ten-actions

3.       Moreno-Sánchez, A. R. (2022). Salud y medio ambiente. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, 65(3), 8–18. https://doi.org/10.22201/fm.24484865e.2022.65.3.02 

4.       Naciones Unidas. (2023). 17 objetivos para transformar nuestro mundo. Naciones Unidas. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/ 

5.       Palmeiro-Silva, Y. K., Cifuentes, L. A., Cortés, S., Olivares, M., & Silva, I. (2020). La amenaza del cambio climático a la salud de la población y la necesidad urgente de actuar. Revista            Medica de chile, 148, 1652–1658. https://doi.org/10.4067/S0034-98872020001101652 

6.      Teresa I. Fortoul van der Goes. (2022). El ambiente, la salud y nuestro planeta. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, 65(3).                                                                                              https://doi.org/10.22201/fm.24484865e.2022.65.3.01