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¿Sabías que mantener un peso saludable protege tu corazón?

Es la imagen de un plato plano en forma de corazón de color blanco que contiene frutas y verduras y sobre él hay un estetoscopio, de lado derecho unos tenis azules y unas mancuernas pequeñas azules.

En una sociedad donde se nos ha inculcado una imagen corporal estándar para considerarnos individuos sanos, la realidad es muy distinta. El peso corporal no solo es una cuestión estética; es fundamental para nuestra salud. Nuestro autocuidado comienza con el control de nuestro peso corporal, ya que nuestro bienestar cardiovascular está estrechamente relacionado con este aspecto. 

Anualmente, muchas personas fallecen más a causa de enfermedades cardiovasculares que por otras causas. El riesgo de padecerlas aumenta por hábitos pocos saludables como una alimentación alta en grasas, sal y azúcares, falta de ejercicio y bajo consumo de frutas y verduras. 

De acuerdo con los resultados de la ENSANUT 2022, en México, la prevalencia de obesidad en adultos es de 36.4% mientras que del sobrepeso es del 38.3%. En aquellos adultos con obesidad abdominal fue más frecuente encontrar enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión arterial, dislipidemias y enfermedad cardiovascular. 

Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo. Múltiples estudios han demostrado que tanto el sobrepeso como la obesidad contribuyen a su desarrollo.

¿Cómo afecta el aumento del peso corporal a nuestro cuerpo? 

La fisiopatología de la obesidad ha sido ampliamente estudiada e involucra muchos factores. Primero, es importante comprender que el tejido adiposo puede ser de dos tipos: el pardo, presente principalmente cuando somos bebés, y el blanco. 

El tejido adiposo blanco se ha identificado como un órgano endocrino con metabolismo activo que puede afectar múltiples actividades de nuestro organismo. Cuando tenemos una ingesta calórica excesiva este tejido se expande, lo que modifica la composición celular y el tipo de células individuales dentro de este. 

En personas con obesidad, el tejido adiposo está repleto de células llamadas macrófagos, estas células en condiciones normales se encargan de la función inmune, sin embargo, en este caso se asocia con una inflamación sistémica.    

¿Qué otras sustancias están involucradas en esta inflamación sistémica?

Las adipocinas son moléculas producidas por los adipocitos, células del tejido adiposo. Estas circulan en la sangre y permiten el control de muchas funciones como el control del apetito y el almacenamiento de grasa. Lamentablemente estas adipocinas son proinflamatorias independientemente del lugar donde se sinteticen. La obesidad permite una regulación positiva, lo que aumenta la inflamación de todo el cuerpo. 

Existe una hormona llamada leptina, que en condiciones normales actúa sobre el hipotálamo para reducir la ingesta de alimentos y aumentar la utilización de energía. Sus concentraciones se correlacionan con la cantidad de tejido adiposo blanco. En este contexto, podríamos creer que el aumento de la leptina sería beneficioso para nuestra salud; sin embargo, a largo plazo, se desarrolla una resistencia a esta hormona. Además, regula de forma positiva varios mediadores de la inflamación vascular, lo que aumenta el estrés oxidativo celular. Esto desencadena una proliferación, migración y calcificación de las células del músculo liso vascular, lo que produce un endurecimiento de los vasos sanguíneos. 

Por estos motivos, las personas que presentan hiperteptinemia (aumento de la leptina) están asociado con aterosclerosis, hipertensión e inflamación vascular. 

¿Cómo puedo cuidar mi salud cardiovascular?

Los expertos recomiendan perder entre el 5 y 10% del peso corporal en los primeros 6 meses de tratamiento, ya que esto puede disminuir la posibilidad de desarrollar complicaciones cardiovasculares como la hipertensión, dislipidemia o resistencia a la insulina.

Realizar modificaciones en tu estilo de vida pueden mejorar considerablemente tu salud física, mental y cardiovascular. Dentro de estas modificaciones se encuentran:

  • Dieta con bajo contenido en calorías y alto contenido en fibra
  • Comer en porciones pequeñas
  • Reemplazar azúcares refinados por frutas y verduras
  • Evitar el consumo de bebidas azucaradas
  • Limitar el consumo de alcohol
  • Realizar pausas activas cada hora y media de estar sentado
  • Realizar actividad física entretenida para lograr realizar 150 minutos a la semana

Existen otras formas para poder tratar la obesidad. No dudes en acercarte a tu médico tratante o a un profesional de la nutrición para poder comprender mejor como cuidar de tu salud. Recuerda que mantener un peso saludable es esencial para cuidar tu corazón y mejorar tu calidad de vida.

¡Realizar cambios pequeños pueden tener un impacto en tu bienestar!

 

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

          Ced. Prof. 13591084

          Escuela Superior de Medicina, I.P.N.

Elaborado: mayo 2024

 

Bibliografía

  1. Campos-Nonato, I., Galván-Valencia, O., Hernández-Barrera, L., Oviedo-Solís, C., & Barquera, S. (2023). Prevalencia de obesidad y factores de riesgo asociados en adultos mexicanos: resultados de la Ensanut 2022. Salud publica de Mexico, 65(1), S238–S247.
  2. Mejia-MontillA, J., Reyna-Villasmil, N., Fernández-Ramírez, A., & Reyna-Villasmil, E. (2023). Leptina, obesidad y enfermedades cardiovascularesenfermedades cardiovascular. Repertorio de Medicina y Cirugía, 32(3). https://doi.org/10.31260/RepertMedCir.01217372.1243
  3. Youdim, A. (2021). Obesidad. Manual MSD Versión para profesionales. https://www.msdmanuals.com/es-mx/professional/trastornos-nutricionales/obesidad

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