INMUNOGLOBULINA M (IgM) EN SUERO

La prueba de Inmunoglobulina M (IgM) en suero permite conocer la cantidad de este anticuerpo en la sangre, ya que es uno de los primeros que produce el cuerpo cuando detecta una infección. Por esta razón, resulta clave para identificar si el sistema inmunológico está respondiendo adecuadamente o si existe alguna alteración en su funcionamiento.

El análisis se realiza mediante inmunoturbidimetría, una técnica de laboratorio que consiste en mezclar la muestra con sustancias específicas que detectan la presencia de IgM. Al unirse, se forma una ligera turbiedad (como una “nube” en la muestra), y esa reacción es medida con luz para calcular la cantidad de IgM presente.

Este estudio suele solicitarse cuando hay sospecha de infecciones recientes causadas por virus (como hepatitis A, citomegalovirus o rubeola), bacterias (por ejemplo, Mycoplasma pneumoniae) o parásitos (como la toxoplasmosis). También es útil para evaluar enfermedades que afectan al sistema inmune, como algunas inmunodeficiencias.

Un nivel alto de IgM puede indicar que el cuerpo está enfrentando una infección activa. Por otro lado, un nivel bajo podría señalar una deficiencia en la respuesta inmunológica, lo cual ayuda al médico a orientar el diagnóstico y tratamiento.

Es importante acudir en ayuno de al menos 8 horas, antes de que se le tomen sus muestras de sangre. Durante ese tiempo no debe ingerir alimentos ni bebidas. La ingesta de agua simple está permitida.

Esta prueba es una herramienta valiosa para entender mejor lo que ocurre en el sistema de defensa del cuerpo.

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