MONITOREO HOLTER

El monitoreo Holter es una prueba diagnóstica que registra la actividad eléctrica del corazón durante un periodo prolongado, generalmente de 24 horas. A diferencia de un electrocardiograma (ECG) tradicional, que solo capta la actividad cardíaca durante unos pocos segundos, el Holter permite monitorear el ritmo cardíaco de forma continua para detectar arritmias, episodios de palpitaciones, mareos, o desmayos que podrían no aparecer en un ECG de corta duración. Este estudio es fundamental para evaluar el funcionamiento del corazón en condiciones normales y durante las actividades cotidianas.

Para realizar la prueba, el técnico coloca varios electrodos pequeños en el pecho del paciente, conectados a un monitor portátil que puede llevarse en un cinturón o un bolsillo. Este dispositivo registra continuamente el ritmo cardíaco durante las horas designadas. Durante este periodo, se recomienda que el paciente anote cualquier síntoma inusual que experimente, como mareos, palpitaciones o dolor en el pecho, para que el médico pueda correlacionar los síntomas con los datos registrados. Es importante que el paciente evite ducharse o mojar los electrodos durante el monitoreo. Durante el tiempo que el Holter está en funcionamiento, el paciente puede realizar sus actividades diarias normales, lo que permite evaluar el ritmo cardíaco en diferentes situaciones, como durante el ejercicio, el descanso o momentos de estrés. Una vez finalizado el monitoreo, el dispositivo se retira y los datos se descargan y son analizados por un especialista.

La principal ventaja del monitoreo Holter incluye la capacidad de detectar arritmias intermitentes que no se observan en un electrocardiograma estándar, además de que proporciona una visión más completa del funcionamiento del corazón durante un periodo prolongado. Esto permite al médico realizar un diagnóstico exacto y ajustar el tratamiento si es necesario.

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