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Cistitis | Infección del tracto urinario en mujeres

Es una fotografía de una persona sosteniendo virtualmente el modelo anatómico de una vejiga.

La cistitis es la inflamación de la vejiga que, en la mayoría de los casos, es causada por una infección bacteriana. Esta condición se clasifica dentro de las infecciones del tracto urinario (ITU) y afecta con mayor frecuencia a las mujeres debido a la anatomía del aparato urinario femenino. Aunque la cistitis suele ser una infección benigna, si no se trata adecuadamente, puede derivar en complicaciones como infecciones renales o cuadros de cistitis recurrente. 

¿Por qué las mujeres son más propensas a la cistitis por fricción?

Las mujeres son más propensas a la cistitis por fricción debido a su anatomía. La uretra femenina es más corta (aproximadamente 3-4 cm), lo que facilita que las bacterias del área perineal (zona donde se localizan los genitales externos y el ano) ingresen a la vejiga con mayor rapidez en comparación con los hombres. Además, la proximidad de la uretra al ano y la vagina aumenta el riesgo de contaminación bacteriana, especialmente durante la actividad sexual, que puede generar irritación en la mucosa uretral. 

Este tipo de cistitis es particularmente común en mujeres jóvenes y en aquellas que experimentan infecciones urinarias recurrentes. El uso de ciertos anticonceptivos, como diafragmas y espermicidas, también puede alterar la flora vaginal y aumentar el riesgo de infección. 

Tipos y causas de la cistitis

Existen diferentes tipos de cistitis, y cada una tiene una causa diferente. A continuación, abordaremos algunos de ellos.

  • Cistitis bacteriana: es el tipo más común y ocurre cuando bacterias ingresan al tracto urinario y se multiplican en la vejiga. Generalmente, Escherichia coli es la principal bacteria responsable, aunque otros microorganismos como Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis y Staphylococcus saprophyticus también pueden ser causantes. Factores como la actividad sexual, el uso de ciertos anticonceptivos y la menopausia pueden aumentar el riesgo de desarrollar cistitis bacteriana​.

  • Cistitis intersticial: también conocida como síndrome de vejiga dolorosa, es una afección crónica caracterizada por inflamación en la vejiga sin presencia de infección bacteriana. Sus síntomas incluyen dolor pélvico persistente, urgencia urinaria y frecuencia aumentada. Aunque su causa exacta no está completamente comprendida, se ha relacionado con alteraciones en la barrera urotelial, inflamación crónica y disfunción del sistema inmunológico​.

  • Cistitis por radiación: puede desarrollarse después de recibir tratamientos de radioterapia en la zona pélvica, como en el caso de cáncer de cuello uterino, cáncer de vejiga, cáncer de endometrio, cáncer colorrectal, cáncer de ovario, etc. La radiación puede dañar el revestimiento de la vejiga, causando inflamación y síntomas urinarios como ardor al orinar, hematuria y aumento de la frecuencia urinaria. Esta forma de cistitis puede aparecer meses o incluso años después de la exposición a la radiación​.

  • Cistitis química: algunas personas pueden experimentar inflamación en la vejiga tras la exposición a sustancias químicas presentes en productos de higiene íntima, espermicidas, baños de burbujas o ciertos detergentes. 

  • Cistitis por cuerpos extraños: el uso prolongado de dispositivos como catéteres urinarios puede aumentar el riesgo de inflamación de la vejiga y favorecer la proliferación bacteriana. La fricción o la introducción de bacterias a través de estos dispositivos pueden ser la causa de episodios recurrentes de cistitis​.

  • Cistitis asociada a otras enfermedades: algunas condiciones médicas pueden predisponer al desarrollo de cistitis, como la diabetes, los cálculos renales, y las lesiones de la médula espinal. Estas afecciones pueden alterar la función normal de la vejiga, dificultar su vaciado completo y favorecer el crecimiento bacteriano​.

  • Cambios hormonales: pueden influir en la aparición de la cistitis. Durante el embarazo, el aumento de progesterona y la presión sobre la vejiga pueden dificultar su vaciado completo, lo que favorece la proliferación bacteriana. De manera similar, la disminución de estrógenos en la menopausia puede alterar el pH vaginal y la flora bacteriana, aumentando la susceptibilidad a infecciones urinarias.

  • Obstrucciones en el tracto urinario: como cálculos renales o tumores en la zona, pueden dificultar el vaciado completo de la vejiga, lo que permite que las bacterias se multipliquen y aumenten el riesgo de infección. 

¿Cómo se diferencia de una infección urinaria común?

La cistitis es un tipo específico de infección del tracto urinario (ITU) que afecta principalmente a la vejiga. En contraste, una infección urinaria común puede involucrar cualquier parte del sistema urinario, incluidos los riñones (pielonefritis), los uréteres o la uretra. 

Una diferencia clave es la gravedad y ubicación de los síntomas. La cistitis se caracteriza por una sensación de ardor al orinar, aumento en la frecuencia y urgencia urinaria, y molestias en la parte baja del abdomen. En cambio, cuando la infección afecta los riñones, los síntomas pueden incluir fiebre alta, escalofríos, dolor en la parte baja de la espalda o costados, náuseas y vómitos, lo que indica una infección más grave. 

Otro aspecto que distingue a la cistitis de otras infecciones urinarias es la ausencia de síntomas sistémicos en la mayoría de los casos. Mientras que una infección urinaria superior, como la pielonefritis, puede provocar síntomas generales como fatiga y fiebre, la cistitis no suele producir fiebre a menos que la infección se complique y se extienda más allá de la vejiga. 

Diagnóstico

El diagnóstico de la cistitis en mujeres generalmente se basa en la evaluación de los síntomas y en pruebas de laboratorio para confirmar la presencia de una infección urinaria. Cuando una mujer presenta síntomas típicos se procede con pruebas diagnósticas como: 

Examen General de Orina:  es la prueba inicial más utilizada para diagnosticar la cistitis. Se analiza la muestra en busca de glóbulos blancos (leucocitos), glóbulos rojos (eritrocitos), nitritos y bacterias, todos ellos indicadores de una posible infección urinaria. Si los resultados muestran un aumento en los leucocitos y nitritos, es altamente probable que exista una infección bacteriana en la vejiga. Además, en estos casos, la orina suele presentar alteraciones tanto en su aspecto físico como en su composición química. Físicamente, puede volverse turbia, adquirir un olor fuerte y desagradable, e incluso contener trazas de sangre que le den un tono rojizo o marrón en casos de hematuria (presencia de sangre en la orina). Químicamente, es común detectar un aumento de proteínas y una disminución del pH urinario debido a la actividad metabólica de los microorganismos patógenos.

Urocultivo: si el análisis de orina sugiere una infección urinaria, se puede realizar esta prueba, que consiste en cultivar la muestra de orina en un medio especial para identificar la bacteria específica que está causando la infección. En caso de existir un crecimiento bacteriano, se requiere la realización de un antibiograma que permite determinar qué antibióticos serán más efectivos para tratar la infección, lo que es especialmente útil en casos de infecciones recurrentes o resistencia a antibióticos.

 

El diagnóstico temprano y preciso de la cistitis en mujeres es clave para un tratamiento efectivo y la prevención de complicaciones. Gracias a herramientas como el análisis de orina, el urocultivo y, en algunos casos, estudios de imagen o cistoscopia, los médicos pueden identificar la causa de la infección y determinar el tratamiento más adecuado. Dado que las mujeres tienen una mayor predisposición a esta afección, es fundamental estar atentas a los síntomas y acudir al especialista ante cualquier signo de infección recurrente o grave. Adoptar medidas preventivas, como una correcta higiene, mantenerse bien hidratada y orinar después de las relaciones sexuales, puede ayudar a reducir la incidencia de la cistitis y mejorar la calidad de vida.

 

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

          Ced. Prof. 13591084

          Escuela Superior de Medicina, I.P.N. 

Revisado/Modificado: marzo 2025

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