TOMOGRAFÍA A.C. DE CARA

La tomografía de cara funciona al emitir múltiples rayos X desde diferentes ángulos que son procesados por un software computarizado para crear imágenes en diferentes planos. Esto permite visualizar las estructuras faciales con alta precisión, facilitando un diagnóstico detallado y confiable.

El procedimiento es rápido, seguro y no invasivo. Durante el estudio, el paciente se recuesta en una camilla que se desliza dentro del tomógrafo. Es importante permanecer inmóvil durante el examen, y en algunos casos, se puede solicitar que el paciente contenga la respiración por unos segundos. Este estudio no requiere preparación especial, aunque se debe retirar cualquier objeto metálico cercano a la cara, como aretes, lentes o prótesis dentales removibles.

El estudio puede ser simple (no requiere preparación) o bien con contraste, ya sea endovenoso y/o contraste oral dependiendo de la solicitud del médico. El medio de contraste ayuda a delimitar los diferentes órganos con mayor precisión y permite detectar alguna lesión focal en los diferentes órganos. Es importante informar al médico sobre alergias o problemas renales antes de realizar el estudio.

La tomografía de cara es una herramienta clave para identificar lesiones o alteraciones estructurales en esta región. Su capacidad para proporcionar imágenes detalladas la convierte en una opción indispensable para planificar tratamientos, evaluar lesiones traumáticas o diagnosticar condiciones complejas.

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