Ciclo menstrual | 5 Mitos sobre la menstruación

El ciclo menstrual es un proceso fisiológico natural y cíclico mensual que ocurre en las mujeres durante su etapa reproductiva. Tiene como objetivo preparar al cuerpo para un posible embarazo y se regula por una compleja interacción de hormonas entre el hipotálamo (estructura del cerebro que actúa como un centro de control que regula diversas funciones fisiológicas y hormonales), la hipófisis (glándula endocrina encargada del equilibrio hormonal del cuerpo) y los ovarios. 

Este ciclo  inicia con el primer día del sangrado menstrual y finaliza justo antes del inicio del siguiente periodo. Su duración varía entre 21 y 35 días en la mayoría de las mujeres sanas, y dentro de este intervalo pueden darse variaciones que aún se consideran normales. 

Cada ciclo menstrual es único. Algunas mujeres tienen ciclos muy regulares, mientras que otras experimentan variaciones de un mes a otro. Factores como el estrés, la alimentación, el ejercicio físico, los anticonceptivos o enfermedades subyacentes pueden influir en su duración y regularidad. Además, en las etapas tempranas de la adolescencia o cercanas a la menopausia, es común que los ciclos sean más irregulares. 

Por ello, llevar un registro del ciclo menstrual es una práctica recomendada para conocer patrones propios y detectar cualquier alteración que pueda ser señal de un trastorno hormonal, ginecológico o de salud general. 

El ciclo menstrual se divide en tres fases principales: la fase folicular, la ovulación y la fase lútea. Cada una está regulada por diversas hormonas, lo que permite la maduración y liberación de un óvulo, así como la preparación del útero para un posible embarazo. Estos eventos hormonales son clave para la función reproductiva femenina. 

Fase folicular

La fase folicular comienza el primer día del sangrado menstrual y finaliza justo antes de la ovulación. Durante esta etapa, la hormona folículo estimulante (FSH) estimula el crecimiento de varios folículos en los ovarios, de los cuales solo uno se convierte en dominante. A medida que este folículo se desarrolla, produce estrógenos, los cuales estimulan el engrosamiento del endometrio (la capa interna del útero), preparándolo para una posible implantación (proceso en el que el embrión se adhiere al endometrio). Esta fase puede variar en duración, siendo la más variable del ciclo menstrual. 

Ovulación

La ovulación ocurre en la mitad del ciclo, generalmente entre los días 12 y 16 en ciclos de 28 días. Es desencadenada por un pico repentino de la hormona luteinizante (LH), lo que provoca que el folículo dominante libere un óvulo maduro del ovario hacia las trompas de Falopio, donde puede ser fecundado. Este es el momento de mayor fertilidad en el ciclo. Algunas mujeres experimentan un leve dolor en el abdomen inferior durante la ovulación, conocido como "dolor del medio" o Mittelschmerz. 

Fase lútea

Después de la ovulación, el folículo vacío se transforma en el cuerpo lúteo, que comienza a secretar progesterona y una menor cantidad de estrógenos. La progesterona es crucial para estabilizar el endometrio y permitir que un posible embrión se implante correctamente. Si no ocurre la fecundación, el cuerpo lúteo se degenera aproximadamente 14 días después de la ovulación, lo que provoca una disminución de las hormonas y el desprendimiento del endometrio en forma de menstruación.

Sabemos que el conocimiento popular sobre la menstruación puede tener grandes brechas de desinformación, por eso, es importante verificar la información que obtenemos. A continuación, hablaremos de los mitos más conocidos:

Mito 01: El ciclo menstrual de las mujeres se sincroniza.

Falso

Este es uno de los mitos más extendidos: la creencia de que cuando varias mujeres conviven, sus ciclos menstruales se alinean con el tiempo. Aunque algunas investigaciones iniciales sugirieron que la sincronización podría deberse a la influencia de feromonas, estudios más recientes han demostrado que este fenómeno es difícil de probar científicamente. La evidencia actual indica que, si bien puede parecer que los ciclos se alinean, esto suele ser una coincidencia natural derivada de los cambios individuales en la duración del ciclo. Por tanto, no hay pruebas concluyentes que confirmen que los ciclos se sincronizan de forma sistemática. 

Mito 02: Tomar cítricos puede cortar o disminuir el flujo menstrual.

Falso. 

Este mito sostiene que el consumo de frutas ácidas como naranja, limón o piña puede detener o reducir el sangrado menstrual. Sin embargo, no existe ninguna evidencia científica que respalde esta afirmación. Los alimentos cítricos no alteran el pH de la sangre ni afectan la cantidad de flujo menstrual. El consumo de cítricos es seguro y saludable durante el ciclo menstrual. Por lo tanto, este mito ha sido completamente desmentido. 

Mito 03: Menstruar es algo sucio.

Falso.

Este es un mito cargado de estigmas sociales y culturales. La menstruación es un proceso fisiológico natural, no un acto de impureza. Aun así, en muchas culturas y comunidades se considera ?sucia?, lo que ha llevado a la exclusión de mujeres y niñas de actividades sociales, religiosas o educativas. Esta percepción errónea refuerza la discriminación y el silencio en torno al ciclo menstrual. En realidad, la menstruación es una señal de salud reproductiva y no hay nada de sucio en ella. Es fundamental romper este tabú para promover la equidad y la dignidad menstrual. 

Mito 04. Menstruar debilita a las mujeres.

Falso.

La menstruación puede provocar molestias como cólicos, fatiga o cambios emocionales, pero no incapacita a las mujeres ni las hace débiles. A diario, millones de mujeres realizan actividades físicas, intelectuales y profesionales mientras menstrúan. La menstruación puede implicar incomodidades, pero no afecta la fuerza, inteligencia ni habilidades de las mujeres. 

Mito 05. Si nadas teniendo la regla, los tiburones te atacarán

Falso.

Aunque los tiburones pueden detectar la sangre en el agua, no hay evidencia que indique que nadar durante la menstruación incremente el riesgo de ataque de tiburones. De hecho, nadar es una actividad segura durante la menstruación siempre que se utilicen productos adecuados como tampones o copas menstruales.

Aunque la menstruación es un proceso natural, puede venir acompañada de molestias físicas y emocionales. Para muchas personas, adoptar ciertos hábitos puede hacer que esta etapa del ciclo sea más llevadera y menos disruptiva. Existen múltiples recomendaciones, como las siguientes:

• Llevar un registro del ciclo menstrual, ya sea con una libreta, una app o una plantilla, lo que permite identificar patrones, duración, síntomas y posibles alteraciones. Este seguimiento también ayuda a prever la llegada del periodo y prepararse con antelación.

• Durante los días de sangrado más abundante, es recomendable cambiar regularmente los productos de higiene menstrual (toallas, tampones o copa menstrual) para evitar infecciones y mantener la comodidad. 

• Hacer ejercicio suave o moderado, como caminar, ya que mejora la circulación y puede aliviar los cólicos menstruales. 

• Alimentación equilibrada y baja en cafeína, junto con una buena hidratación, puede reducir la hinchazón y los cambios de humor. 

• Para el manejo del dolor, se pueden utilizar analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno, siempre y cuando se sigan las indicaciones médicas. 

• Asimismo, aplicar calor en la zona abdominal, descansar lo suficiente y permitir los cambios emocionales sin culpa son estrategias valiosas para cuidar tanto el cuerpo como la mente durante estos días. 

Aunque el ciclo menstrual varía de una persona a otra, existen ciertos signos que pueden indicar un problema subyacente. Por ejemplo:

• Si el sangrado menstrual dura más de 8 días, es muy abundante al grado de necesitar cambiar toalla o tampón cada hora.

• Dolor incapacitante que interfiere con las actividades diarias. 

• Sangrados entre periodos.

• Ausencia del ciclo por más de tres meses sin embarazo, o ciclos menores a 21 días o mayores a 35 días de forma constante. 

Estas situaciones no deben normalizarse ni ignorarse, ya que podrían estar relacionadas con condiciones como síndrome de ovario poliquístico (SOP), miomas, endometriosis o trastornos hormonales.

Es recomendable acudir con un especialista en ginecología cuando se detectan cambios significativos en el ciclo que persisten por más de tres meses, o si hay síntomas que interfieren con el bienestar físico y emocional. El médico podrá realizar una historia clínica detallada y un examen físico, y en algunos casos solicitar estudios adicionales.

Algunas pruebas comunes para evaluar irregularidades menstruales son:

1. Ultrasonido transvaginal: para observar la morfología del útero y los ovarios.
2. Perfil Hormonal 1: conjunto de análisis clínicos diseñado para evaluar el estado hormonal general, especialmente en mujeres. Este perfil incluye la medición de las siguientes hormonas:
   
   
   • Hormona Folículo Estimulante (FSH)
   • Hormona Luteinizante (LH)
   • Estradiol (E2)

   Este perfil es útil para evaluar trastornos menstruales, infertilidad, menopausia y otras condiciones relacionadas con desequilibrios hormonales.

3. Perfil Hormonal 2: es una ampliación del Perfil Hormonal 1, este perfil comprende la medición de:
   
   
   • Hormona Folículo Estimulante (FSH)
   • Hormona Luteinizante (LH)
   • Prolactina
   • Estradiol (E2)
   • Progesterona

Ambos perfiles hormonales son herramientas valiosas para el diagnóstico y monitoreo de diversas condiciones relacionadas con la salud reproductiva y endocrina. La elección entre uno u otro dependerá de la evaluación clínica individual y las sospechas diagnósticas específicas.

Hablar abiertamente del ciclo menstrual es un paso importante hacia la educación, la equidad y el bienestar de las mujeres. Conocer cómo funciona este proceso biológico, identificar sus fases y reconocer cuándo se presentan señales de alerta permite no solo vivir la menstruación con mayor tranquilidad, sino también detectar a tiempo posibles alteraciones de salud.

Romper con mitos infundados, como que menstruar debilita o que los cítricos afectan el sangrado, nos permite avanzar hacia una comprensión más real y libre de prejuicios. La menstruación no es una enfermedad ni un tabú: es una manifestación del equilibrio hormonal del cuerpo y merece ser comprendida, no silenciada.

Además, contar con herramientas diagnósticas como el Perfil Hormonal 1 y 2 permite a los profesionales de la salud obtener una visión más completa del estado endocrino de la paciente, facilitando diagnósticos más certeros en casos de irregularidades, infertilidad o trastornos menstruales.

Cuidar la salud menstrual es cuidar la salud integral. Escuchar al cuerpo, registrar los cambios del ciclo y acudir a consulta médica ante cualquier señal inusual son acciones clave para mantener el equilibrio físico y emocional a lo largo de cada etapa del ciclo.

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

          Ced. Prof. 13591084

          Escuela Superior de Medicina, I.P.N. 

Revisado/Modificado: abril 2025

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