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Tricomoniasis: infección por Trichomonas vaginalis

Es una ilustración en 3D de la trichomona vaginalis. La imagen está en tonalidades naranjas y rosas. Hay varios patógenos en la imagen.

La tricomoniasis es una infección de transmisión sexual (ITS) no viral y curable más común a nivel mundial. Esta infección es causada por el parásito protozoario Trichomonas vaginalis.

Morfológicamente, Trichomonas vaginalis es un protozoo flagelado lo que le permite movilizarse, habita y se multiplica principalmente en el tracto genital femenino, así como en la próstata y la uretra masculinas. Posee una membrana ondulante que contribuye a su movilidad y adherencia a las superficies celulares. 

La transmisión de la tricomoniasis ocurre casi exclusivamente durante el contacto sexual, particularmente mediante el coito pene-vagina, destacando la poca supervivencia del parásito fuera del cuerpo humano. A pesar de la alta incidencia de esta ITS, en muchos casos, los hombres resultan asintomáticos, mientras que las mujeres pueden experimentar síntomas que varían desde flujo vaginal (descarga vaginal) hasta dolor abdominal y lesiones características en el epitelio genital. 

Otras formas de transmisión, pero menos comunes, son:

  • Contacto sexual indirecto (genitales)
  • Juguetes sexuales

Epidemiología en México 

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, existen más de 376 millones de nuevos casos de ITS curables anualmente, con cerca de 156 millones (73,7 millones en mujeres y 82,6 millones en hombres) de estos atribuidos a la tricomoniasis, a nivel mundial. La infección muestra una notable incidencia y prevalencia predominante entre personas de 15 a 49 años sexualmente activas. 

El grupo mayormente afectado se encuentra en las mujeres adultas jóvenes de 20 a 24 años. Las tasas de prevalencia varían significativamente por grupos étnicos:

  • Mujeres afroamericanas no hispanas, con una prevalencia del 13%.
  • Mujeres mexicoamericanas y mujeres blancas no hispanas es de 1.8% y 1.3%, respectivamente.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo abarcan una serie de comportamientos y circunstancias que aumentan la probabilidad de infección por el parásito. Estos factores de riesgo pueden ser agrupados en varias categorías principales:

Comportamiento sexual

  • Tener múltiples parejas sexuales.
  • Edad de la primera relación sexual (temprana).
  • Relaciones sexuales sin protección adecuada.
  • Historia previa de infecciones de transmisión sexual (ITS): las personas que han tenido otras ITS tienen mayor probabilidad de contraer tricomoniasis.

Factores demográficos

  • Edad: entre los 15 y 49 años.

Factores socioeconómicos

  • Recursos limitados y acceso reducido a la atención médica.
  • Menor educación sexual 
  • Diagnóstico y tratamiento tardíos, lo que perpetúa la transmisión de la enfermedad.
  • Condiciones de vida que facilitan las relaciones sexuales sin protección o con múltiples parejas.

Otros factores

  • Uso de drogas o alcohol: puede influir en la toma de decisiones y llevar a comportamientos sexuales de mayor riesgo.
  • Transmisión perinatal: aunque es menos común, las madres infectadas pueden transmitir la infección a sus bebés durante el parto.
  • Haber tenido tricomoniasis anteriormente

¿Cómo se detecta? 

El diagnóstico de la tricomoniasis se basa en la historia clínica, la presencia de signos y síntomas, así como la confirmación mediante varios métodos que varían en sensibilidad y especificidad, adaptados a las condiciones y necesidades clínicas, de laboratorio disponibles y a lo que tu médico solicite.

  • Microscopía de exudado cervicovaginal (examen en fresco): es una prueba diagnóstica que consiste en colocar una muestra fresca de secreción vaginal en un portaobjetos, cubrirla con un cubreobjetos y examinarla bajo un microscopio. Permite detectar la presencia del protozoo por su movimiento característico. 
  • Cultivo de exudado cervicovaginal, este estudio realiza un examen en fresco y adicional permite la detección de bacterias. Al detectarlas o descartarlas se puede llegar a un diagnóstico más preciso.
  • Prueba rápida: permite detectar el material genético del patógeno en una hora aproximadamente. Se realiza a partir de una muestra de flujo vaginal en mujeres, en hombres es a través de orina y en los casos menos comunes, se extrae una muestra de la uretra.    
  • Pruebas de amplificación de ácido nucleico (NAAT): son un tipo de diagnóstico molecular que se utiliza para detectar y amplificar secuencias específicas de ácido nucleico, es decir, ADN o ARN, de un organismo patógeno, con el fin de determinar la presencia de una infección. Estas pruebas son altamente sensibles y específicas, lo que las hace muy efectivas para el diagnóstico de diversas enfermedades, incluidas las infecciones de transmisión sexual como la tricomoniasis. 
  • Pruebas de pH vaginal: esta prueba permite medir el cambio de pH, que indica un ambiente alterado compatible con infecciones, entre ellas, la tricomoniasis. Un pH vaginal elevado puede sugerir la presencia de esta infección, aunque se requiere confirmación con pruebas adicionales.

Cada una de estas pruebas tiene sus ventajas específicas y limitaciones, y la elección de la prueba adecuada depende tanto de la disponibilidad de recursos como de la necesidad de obtener resultados rápidos y fiables en el contexto clínico.

Prevención

La prevención permite reducir el riesgo de contagio o sea nulo, por lo que hay que considerar estas recomendaciones.

  • Uso de preservativo de forma correcta durante el coito vaginal, anal y oral puede reducir significativamente el riesgo de transmisión de tricomoniasis.
  • Limitar el número de parejas sexuales
  • Pruebas regulares de ITS: puede ayudar a detectar y tratar la tricomoniasis antes de que se propague a otras personas. Es especialmente importante si tienes múltiples parejas sexuales o si tu pareja tiene múltiples parejas.
  • Evitar duchas vaginales: esta práctica altera el equilibrio normal de las bacterias en la vagina y crea el ambiente para que incremente el riesgo de infecciones, incluida la tricomoniasis.
  • Comunicación: hablar abiertamente con tu pareja sobre las ITS y asegurarte de que ambos estén libres de infecciones antes de iniciar una relación sexual sin protección.

En conclusión, la tricomoniasis es una infección de transmisión sexual tratable que puede causar molestias significativas y complicaciones a largo plazo si no se trata adecuadamente. La prevención es esencial para combatir la propagación de esta infección. El uso responsable de preservativos, limitar el número de parejas sexuales y la comunicación abierta y honesta con las parejas son pasos críticos que cada individuo puede tomar para proteger su salud y la de los demás.

Además, las pruebas de laboratorio desempeñan un papel crucial en el control de la tricomoniasis. Estas no solo permiten un diagnóstico temprano y preciso, sino que también aseguran que el tratamiento adecuado pueda ser administrado a tiempo. Hacerse pruebas de ITS regularmente es una muestra de responsabilidad con uno mismo y con los demás, especialmente.

 

 

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

          Ced. Prof. 13591084

          Escuela Superior de Medicina, I.P.N. 

Revisado/modificado: abril 2024

 

 

Referencias bibliográficas

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