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¿Qué es el estrés y cómo se relaciona con el cortisol?

Es la fotografía de una mujer sosteniendo su cabeza con la mano izquierda en señal de estrés o malestar, esta sentada cerca de un escritorio, el cual tiene un lapicero, una lámpara y es d ecolor café claro.

Para abordar esta información, primero debemos definir el estrés, este es considerado un mecanismo natural del organismo ante estímulos o situaciones percibidas como desafiantes, amenazantes o demandantes. 

Esta reacción puede ser física o psicológica, y su propósito es preparar al cuerpo para enfrentar estas circunstancias mediante la activación del sistema nervioso y el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA). Esta red de comunicación entre el cerebro y las glándulas suprarrenales, libera hormonas como el cortisol. Aunque el estrés en pequeñas dosis es útil, su exceso puede causar graves problemas de salud.

El cortisol es una hormona esteroidea producida por las glándulas suprarrenales, ubicada en la parte superior de los riñones. Es conocida como la "hormona del estrés".

¿Por qué sentimos estrés? ¿Qué pasa en nuestro cuerpo?

Cuando el cuerpo humano percibe una situación que le genera estrés, el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), encargado de la regulación del cortisol, libera la hormona del estrés, para reaccionar a través de la "respuesta de lucha o huida", un mecanismo de supervivencia primario. 

El proceso inicia en el hígado, donde el cortisol estimula la gluconeogénesis, un proceso bioquímico que produce glucosa a partir de compuestos no glucídicos, como proteínas y grasas. Esto resulta en un aumento de los niveles de glucosa en sangre para proporcionar energía rápida y eficiente.

Además, el cortisol reduce la captación de glucosa por parte de ciertos tejidos con menor prioridad durante el estrés, como el sistema inmune. Al limitar el uso de glucosa en estos tejidos, el cuerpo garantiza que la glucosa esté disponible para los órganos esenciales en ese momento crítico, como el cerebro y los músculos, también aumenta la frecuencia cardíaca y redirige la sangre a los músculos esenciales para la acción. 

Por último, el cortisol también contribuye a regular el equilibrio energético del cuerpo, asegurando que exista una reserva suficiente de glucosa para responder adecuadamente a los estresores.

El estrés, aunque inicialmente beneficioso para adaptarnos a los desafíos, se convierte en un problema cuando el cuerpo no logra relajarse o recuperarse de estos episodios. 

La capacidad para manejar el estrés depende en gran medida de factores individuales como la genética, el entorno y las experiencias previas, lo que explica por qué algunas personas son más susceptibles que otras a las consecuencias del estrés crónico. 

¿Cómo disminuir el cortisol en el organismo?

A continuación, te compartiremos una lista sobre cómo manejar mejor el estrés:

  • Adopta una rutina de sueño saludable: dormir entre 7 y 9 horas cada noche y mantener horarios consistentes para acostarse y levantarse ayuda a regular el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA). Evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y crear un ambiente tranquilo y oscuro en el dormitorio son estrategias clave para mejorar la calidad del sueño.
    Conoce la importancia del sueño en nuestro blog: ¿Sabías que el insomnio puede afectar tu salud mental y física?
  • Realiza actividad física moderada: reduce los niveles de cortisol y mejora el estado de ánimo al estimular la liberación de endorfinas. Es importante evitar el ejercicio excesivo, ya que puede aumentar el cortisol.

  • Prácticas técnicas de relajación: la respiración profunda ayuda a calmar el sistema nervioso y a reducir la activación del HHA.

  • Mantén una dieta equilibrada: consumir alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales, como frutas, verduras y granos integrales, puede ayudar a regular el cortisol. Evitar el consumo excesivo de cafeína, alcohol y alimentos ultra procesados, ya que pueden aumentar el cortisol.

  • Establece conexiones sociales: tener relaciones sociales positivas y compartir preocupaciones con amigos o familiares genera un efecto protector frente al estrés.

  • Reduce la exposición a estresores innecesarios: noticias alarmantes, reorganizar las tareas diarias y evitar la sobrecarga de actividades. 

Adoptar estas estrategias no solo ayuda a reducir el cortisol, sino que también mejora el bienestar general, promoviendo un estado de equilibrio físico y mental.

Complicaciones de vivir en estrés constante

Algunas de las complicaciones más importantes que puede causar el estrés constante son las siguientes:

  • Afectaciones en la salud mental: trastornos como la ansiedad y la depresión. Esto se debe a que niveles elevados y sostenidos de cortisol alteran el funcionamiento del cerebro, particularmente en regiones como el hipocampo, que regula la memoria y las emociones. La dificultad para concentrarse, la irritabilidad y los sentimientos persistentes de agotamiento también son comunes.

  • Problemas cardiovasculares: aumenta la presión arterial y eleva el riesgo de enfermedades cardíacas. Esto ocurre porque el cortisol, al estar crónicamente elevado, contribuye al endurecimiento de las arterias (aterosclerosis) y a la inflamación.

  • Alteraciones metabólicas: cuando el cortisol eleva los niveles de glucosa puede llevar a resistencia a la insulina, obesidad abdominal y, eventualmente, diabetes tipo 2. Además, altera el metabolismo de las grasas y proteínas.

  • Disfunción inmunitaria: el cortisol regula la inflamación y la respuesta inmunitaria, pero cuando sus niveles permanecen elevados, puede debilitar las defensas del cuerpo. Esto hace que las personas sean más propensas a infecciones, retrasos en la cicatrización de heridas y el desarrollo de enfermedades autoinmunes.

  • Problemas digestivos: causa molestias como acidez, indigestión y síndrome del intestino irritable. Además, puede alterar el equilibrio del microbiota intestinal, impactando negativamente en la salud digestiva y general. 

  • Desbalances hormonales: puede resultar en irregularidades menstruales, disminución del deseo sexual y problemas de fertilidad en mujeres y hombres. 

  • Impacto en la calidad de vida: desgaste físico y emocional significativo, conocido como "burnout" (síndrome de agotamiento). Esto afecta el desempeño laboral, las relaciones personales y la capacidad para disfrutar de actividades diarias.

Vivir bajo estrés constante no solo disminuye la calidad de vida, sino que también aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Por ello, es crucial identificar y manejar el estrés de manera efectiva para preservar la salud integral.

¿Cómo se mide el estrés?

El estrés puede medirse utilizando herramientas subjetivas y objetivas que permiten evaluar cómo afecta a una persona tanto a nivel físico como psicológico. 

Pruebas subjetivas

Estas pruebas suelen ser autoadministradas y están diseñadas para medir la percepción personal del estrés. Escalas como la "Escala de Estrés Percibido" (PSS, por sus siglas en inglés) evalúan cómo una persona siente que el estrés ha impactado su vida en un periodo determinado. 

Pruebas objetivas

El estrés se puede medir de manera más precisa mediante marcadores fisiológicos como los niveles de cortisol. Este enfoque permite evaluar el impacto del estrés en el organismo y detectar posibles alteraciones en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA). 

La prueba de cortisol en suero es un método común para medir los niveles de esta hormona y, por lo tanto, evaluar la respuesta al estrés. Este análisis implica extraer una muestra de sangre, generalmente a las ocho de la mañana, cuando los niveles de cortisol están en su punto más alto debido al ritmo circadiano. El propósito es determinar si los niveles de cortisol son normales o si indican alteraciones, como hiperactividad del HHA o insuficiencia suprarrenal. 

Esta prueba no solo ayuda a comprender cómo el estrés afecta al organismo, sino que también es fundamental para diagnosticar trastornos relacionados y orientar un manejo adecuado.

Conclusión

El estrés y el cortisol están profundamente conectados, desempeñando un papel crucial en la forma en que el cuerpo responde y se adapta a los desafíos diarios. Aunque el estrés puede ser beneficioso en pequeñas dosis para afrontar situaciones difíciles, su persistencia en el tiempo puede llevar a serias complicaciones de salud física y mental. 

El cortisol, como hormona clave en esta respuesta, proporciona al organismo la energía necesaria para afrontar estas situaciones, pero sus niveles elevados de forma crónica pueden generar desequilibrios metabólicos, inmunitarios y emocionales.

Adoptar estrategias como mantener un estilo de vida saludable, practicar técnicas de relajación y buscar apoyo profesional son pasos esenciales para controlar el estrés y evitar sus consecuencias a largo plazo. 

La medición de marcadores como el cortisol, a través de pruebas como la de sangre, proporciona una herramienta valiosa para evaluar y tratar los efectos del estrés de manera efectiva. Entender esta relación y manejarla adecuadamente no solo mejora la calidad de vida, sino que también contribuye al bienestar integral del individuo. 

 

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

Ced. Prof. 13591084

Escuela Superior de Medicina, I.P.N. 

Revisado/Modificado: diciembre 2024

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