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Conjuntivitis bacteriana

Es la imagen del ojo derecho de una persona con tez negra, su ojo está rojo como signo de conjuntivitis bacteriana. Tiene pestañas largas y ceja poblada.

La conjuntivitis es una inflamación o infección de la conjuntiva, membrana delgada y translúcida que recubre la parte anterior de la esclerótica y el interior de los párpados. Esta membrana se divide en dos partes principales: la porción bulbar, que comienza en el borde de la córnea y cubre la parte visible de la esclerótica. Y la porción palpebral, que reviste el interior de los párpados. 

La inflamación de la conjuntiva se manifiesta con la dilatación de los vasos sanguíneos, resultando en hiperemia (enrojecimiento) y edema (hinchazón), generalmente acompañados de una descarga ocular, que puede variar en color y consistencia según la causa subyacente. 

La conjuntivitis puede clasificarse en infecciosa y no infecciosa. La infecciosa es causada predominantemente por virus o bacterias, mientras que las formas no infecciosas pueden ser alérgicas, tóxicas, cicatrízales o secundarias a enfermedades autoinmunes y procesos neoplásicos. 

Estas bacterias pueden transmitirse de varias maneras. 

  • Contacto directo de las manos sucias con los ojos
  • Contacto con objetos contaminados, o contacto sexual que involucra los ojos y los genitales. 
  • Puede transmitirse verticalmente de la madre al bebé durante el parto.
  • A través de gotas respiratorias grandes en el ambiente. 
  • Cambios en la flora bacteriana normal de la conjuntiva. 

    A continuación, abordaremos los tipos de conjuntivitis provocadas por bacterias y cuáles son los patógenos más comunes que causan cada una. 

Tipos de conjuntivitis bacteriana

Las conjuntivitis pueden clasificarse dependiendo del tiempo de evolución. 

Conjuntivitis bacteriana aguda

La conjuntivitis aguda puede durar de 7 a 10 días. Y es causada en adultos por bacterias como:

  • Streptococcus pneumoniae
  • Staphylococcus aureus
  • Staphylococcus viridans

    Y es causada en niños por:
  • S. aureus
  • S pneumoniae
  • Haemophilus influenzae

Conjuntivitis bacteriana hiperaguda

La conjuntivitis hiperaguda se caracteriza por un inicio abrupto y una evolución rápida. Es provocada por:

  • Neisseria gonorrhoeae: conocida por causar la gonorrea, una enfermedad de transmisión sexual.
  • Neisseria meningitidis: un patógeno que también es responsable de causar meningitis bacteriana, este provoca conjuntivitis monocóccica. 

Estas bacterias son altamente agresivas y pueden provocar daños significativos en los tejidos oculares si no se tratan adecuadamente y con prontitud. Los pacientes afectados por esta condición experimentan síntomas intensos y graves que requieren atención médica inmediata para prevenir complicaciones serias, incluyendo la pérdida de la visión.

Esta enfermedad puede diagnosticarse a través de una prueba de laboratorio. Si el resultado da positivo a diplococos Gramnegativo puede sugerirse gonococo. Sus principales afecciones son: 

  • Conjuntivitis gonocóccica corneal, es una forma más grave y menos común, asociada al contacto sexual con una persona infectada. 
  • Oftalmía neonatal, una forma específica de conjuntivitis neonatal, es causada por infecciones gonocócicas o por clamidia transmitidas de la madre al bebé durante el parto. Esta condición puede afectar entre el 20 y el 40% de los recién nacidos expuestos en un canal de parto infectado.

Dado que los síntomas progresan rápidamente y son severos, el diagnóstico de la conjuntivitis bacteriana hiperaguda se realiza generalmente mediante una evaluación clínica urgente. 

Conjuntivitis bacteriana crónica

La conjuntivitis bacteriana crónica se caracteriza porque dura más de 3 semanas. Este tipo de conjuntivitis se caracteriza por síntomas menos intensos, pero más duraderos, que pueden fluctuar en intensidad a lo largo del tiempo. Las bacterias más comunes que pueden provocar este tipo de infección son:

  • Moraxella lacunata
  • S. aureus
  • Proteus mirabilis
  • Escherichia coli
  • Klebsiella pneumoniae
  • Serratia marcescens
  • Branhamella catarrhalis

Diagnóstico

El diagnóstico de la conjuntivitis bacteriana generalmente se realiza de manera clínica basada en los síntomas, aunque a menudo puede ser difícil diferenciarla de la conjuntivitis viral solo con la evaluación visual que realiza el médico. En casos donde los síntomas son severos el médico considerará solicitar alguna prueba de cultivo o de frotis. 

Las pruebas de laboratorio que permiten la detección de la conjuntivitis bacteriana son:

  • Tinción de Gram: esta prueba permite analizar las muestras conjuntivales extraídas mediante un raspado para identificar bacterias grampositivas y gramnegativas. 
  • Cultivos: se realiza este estudio dependiendo de la bacteria a localizar.
    • Cultivo para gonococo: se realiza un cultivo específico para gonococo con medios especializados como el Thayer-Martin modificado. (Tesini, B. L.et al., 2022)
    • Cultivo de exudado conjuntival izquierdo: muestra del exudado, que es el líquido o secreción que se encuentra en el ojo, específicamente en el ojo izquierdo. La muestra se obtiene con un hisopo estéril que se frota suavemente sobre la superficie conjuntival del ojo izquierdo. Esta muestra se coloca en un medio de cultivo especial que promueve el crecimiento de microorganismos, como bacterias, virus u hongos, presentes en el exudado. Luego, se observa el crecimiento de colonias microbianas para identificar qué tipo de organismo está causando la infección.

    • Cultivo de exudado conjuntival derecho: similar al cultivo de exudado conjuntival izquierdo, este procedimiento implica la toma de una muestra del exudado del ojo derecho y se realiza el mismo procedimiento.

  • Detección de la Chlamydia en infección ocular:

  • Tinción de Giemsa: permite detectar cuerpos de inclusión citoplasmáticos basófilos típicos de la conjuntivitis por Chlamydia. La presencia de inclusiones intracitoplasmáticas azules confirma la oftalmía por clamidia. 

  • Pruebas de Amplificación de Ácidos Nucleicos: estas pruebas ofrecen una sensibilidad igual o mejor para la detección de clamidia en comparación con los métodos tradicionales, utilizando material conjuntival. 

La conjuntivitis es una de las afecciones oculares más comunes, aunque a menudo se subestima su impacto potencial en nuestra salud diaria y calidad de vida. En este blog, hemos explorado varios tipos de conjuntivitis, incluyendo las formas aguda, hiperaguda o crónica, resaltando las diferencias en sus causas, síntomas y tratamientos. Cada tipo requiere un enfoque específico que, cuando se implementa correctamente, puede aliviar con rapidez los síntomas y prevenir complicaciones graves.

La prevención es crucial para manejar la conjuntivitis. Medidas simples como el lavado de manos frecuente, evitar tocarse los ojos con las manos sucias y el uso adecuado y la higiene de los lentes de contacto son esenciales para reducir el riesgo de infección. Además, es vital estar atento a los entornos que pueden facilitar la transmisión de infecciones oculares, especialmente en lugares públicos o durante las temporadas de alto riesgo para enfermedades infecciosas.

Por: Dra. Gema Nandaí Nájera Valdez

 Ced. Prof. 13591084

 Escuela Superior de Medicina, I.P.N. 

Revisado/Modificado: mayo 2024

Referencias bibliográficas

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